El australiano doblegó al holandés que volvió a desafiar a los McLaren. Russell desplazó a Norris al cuarto lugar. Colapinto y Tsunoda salieron ilesos de fuertes accidentes. Ferrari decepcionó: Leclerc y Hamilton eliminados en Q2.
Imola exhibió este sábado las dos caras de la moneda. Por un lado la emoción de un final en Q3 que elevó las pulsaciones; por el otro, el drama que trajo los peores recuerdos en el Autodromo Internazionale Enzo y Dino Ferrari.
Oscar Piastri, el líder del campeonato, se alzó con la pole en una cerrada definición con su némesis: Max Verstappen (Red Bull). El holandés, en su primer intento, elevó el listón para seguir desafiando a los McLaren en clasificación. Es la táctica que, sábado tras sábado, va perfeccionando para inquietar a los papaya. La única oportunidad, en un fin de semana, para patear el tablero y alterar los planes del equipo de Woking.

El australiano tomó el guante y se lanzó a un segundo stint para desplazar a Verstappen de la pole provisoria. El otro McLaren, el de Lando Norris, sería devorado por las chicanas del trazado italiano. El británico se estancó en la tercera posición, y como si el destino se hubiera ensañado con él, George Russell (Mercedes, P3) lo bajó a cuarto.
Como siempre, Mad Max se jugó a todo o nada en su última vuelta. El récord en el primer parcial auguraba una nueva hazaña del piloto de Red Bull con el RB21. Pero un mal Sector 2 –producto del tráfico– le costó las milésimas que necesitaba para desbancar a Piastri y firmar su cuarta pole del año.
Solo 34 milésimas separaron al australiano del holandés. Diferencia mínima a una vuelta, pero que no se reflejará en carrera. En tanda larga el McLaren tiene mejor rendimiento mientras que el poco fiable Red Bull depende –pura y exclusivamente– del talento y amor propio de Verstappen.

Sin embargo, para Piastri, el mayor adversario de los sábados será el mejor aliado en la carrera. Verstappen hará de muro de contención contra su compañero de equipo. Si Norris, en la primera vuelta, no alcanza el segundo lugar antes de llegar a Tamburello, deberá trabajar duro para rebasar a Russell y Verstappen en una pista donde es difícil el sobrepaso. Con este panorama, Piastri tiene que concentrarse en salir bien y buscar la diferencia. De darse la lógica, estaríamos ante otra carrera monótona donde el australiano gestionará a su gusto. Pero cuidado, en la Fórmula Uno, no siempre uno más uno es igual a dos.
Accidente de Tsunoda y Colapinto
La adrenalina de la Q3 compensó la angustia que se vivió en Q1. Los accidentes de Yuki Tsunoda (Red Bull) y Franco Colapinto (Alpine) trajo a la memoria los momentos más oscuros de la historia de Imola. Y como una broma de mal gusto del azar, ambos fueron en los sectores que marcaron un antes y después en la F1: Tamburello y Villeneuve.
A los pocos minutos de iniciada la clasificación, Tsunoda ingresó muy fuerte a la Variante Villeneuve –habitualmente se rebaja para hacer la chicana–. La alta velocidad obligó al japonés a cortar el vértice, provocando que el Red Bull saltara y saliera de pista. El coche, fuera de control, golpeó violentamente las defensas para dar un giro en el aire y caer de panza.
Tsunoda salió por sus propios medios y caminó sin dificultad hasta el vehículo de asistencia médica que se acercó rápido al lugar del accidente. Detrás dejó los restos humeantes del RB21 y atomizó las esperanzas en Red Bull de sumar puntos con los dos coches.

Sobre el final de la primera ronda eliminatoria, el drama volvía a apoderarse de Imola: Colapinto se estrelló en Tamburello. La imagen del Alpine destrozado hizo temer lo peor. En el paddock se respiró alivio cuando el argentino bajó por sus propios medios.
El accidente se produjo cuando intentó salir fuerte de la variante. El Alpine mordió la tierra del exterior de la pista. Colapinto perdió el control del coche que hizo un trompo de 360 grados, estrellándose contra las defensas del muro que separa el circuito del río Santerno.
Los daños en ambos coches obligará a sus equipos a romper el régimen de parque cerrado. Por lo que traerá aparejado una penalización de salida desde el pit line para Colapinto y Tsunoda.
Ferrari eliminado en Q2
Si hay un equipo que no podía darse el lujo de decepcionar, ese era Ferrari. La escuadra de Maranello es local en Imola, y el trazado está fuertemente ligado a la historia del cavallino.
Luego de un discreto viernes se esperaba que los de Maranello golperan la mesa y se anotaran en la lucha por la pole. Ocurrió lo contrario. Charles Leclerc y Lewis Hamilton quedaron eliminados en Q2, un balde de agua fría para la escudería comandada por Frèdèric Vasseur.

Las Ferrari se vieron superadas por los Williams de Carlos Sainz -el tiempo más rápido de Q2- y Alex Albon, sus rivales inmediatos. Pero, contra todos los pronósticos, los Aston Martin de Fernando Alonso y Lance Stroll tuvieron un inesperado salto este sábado y se colocaron por delante de las Rossa.
El buen ritmo de los Williams y la irrupción de los Aston Martin recortó las posibilidades de Leclerc y Hamilton para evitar la eliminación. El box quedó mudo ante el desastre. El monegasco se tomaba la cabeza buscando expllicaciones. Lewis se resignó ante una nueva frustración.
