El poleman quiere dejar atrás el incidente en Canadá y recuperar el terreno perdido en campeonato. “Dar una vuelta como la de hoy es una satisfacción para mí”, comentó en parque cerrado.
Lando Norris quiere dejar atrás el grave error que cometió en Canadá. Desde la PL2 –Alex Dunne giró con su McLaren en el primer entrenamiento- lideró la tabla de tiempos: Libres 2, Libres 3, Q1, Q2 y Q3. Cada instancia fue una palada que va sepultando el choque con su compañero Oscar Piastri, y un lampazo a su imagen que quedó dañada.
Era inevitable que la pole no terminara en sus manos. Ni siquiera Piastri podía alcanzarlo. Y este sábado consolidó en Austria lo que ensayaba en los entrenamientos de otras carreras y fallaba en el giro decisivo: la primera posición.

“Siento que incluso mi primera vuelta en la Q3 fue buena, pero sabía que había algunos puntos donde, si lo hacía bien, podría ganar bastante más tiempo, y lo hice. Hice lo que tenía previsto, y cuando planeo hacer algo y sale bien, normalmente sale muy, muy bien”, comentó en parque cerrado al ser consultado por la trasmisión oficial.
La pole fue por más de medio segundo sobre Carles Leclerc. Pero el resultado final fue engañoso. La bandera amarilla por el doble trompo de Pierre Gasly –que dejó un reguero de grava sobre la pista-, obligó al resto de los nueve corredores de Q3 a levantar o abortar la vuelta. Piastri tuvo que renunciar a su intento para evitar la suciedad en la última curva, lo que permitió al monegasco despojarlo de la P2 y colar su Ferrari en la primera línea.

“Todavía disfruto de este momento, sobre todo porque algunos de mis momentos más difíciles fueron en la clasificación”, dijo Norris con la misión cumplida. Y agrega: “dar una vuelta como la de hoy, tener el rendimiento que he tenido durante todo el fin de semana, es una satisfacción para mí”.
Aseguró que la carrera será larga dentro de una temporada larga. La redundancia es un mensaje para el otro lado del box papaya: no se rendirá. Sin embargo, vuelve de nuevo a la clasificación de este sábado. Quiere disfrutar de su momento de su proceso de revindicación. “Estoy muy contento con el día de hoy, pero quiero demostrármelo una y otra vez, y espero que esto sea solo el principio”, señala. Ahora buscará la última palada, la que este domingo enterrará definitivamente el error de Montreal.