La compañía con sede en Salzburgo destituyó al británico y pondrá en su lugar al jefe de Racing Bulls. Alan Permane quedará al frente de Faenza. Horner llevaba 20 años como Team Principal.
La caída de Christian Horner marca un antes y después para Red Bull. La casa matríz en Salzburgo no solo decidió prescindir del CEO y Team Principal de su mayor activo deportivo, también cerró un ciclo que llevaba 20 años, desde que Dietrich Mateschitz —fundador de la compañía— se volcó a la aventura de la Fórmula Uno al comprar el equipo Jaguar y colocar al frente al ex piloto británico.
El mediodía del miércoles se vio sacudido con un comunicado oficial de la compañia: “Red Bull ha relevado a Christian Horner de sus funciones operativas a partir de hoy y ha nombrado a Laurent Mekies director general de Red Bull Racing”. Solo bastó un párrafo de 27 palabras para finalizar la era Horner.

La noticia tomó a la Fórmula Uno por sorpresa. No había rumores ni clima de cambio como el que atravesó el jefe de equipo el año pasado, cuando una empleada lo denunció por supuestas conductas inapropiadas. El único tema en el paddock era sobre el futuro de Max Verstappen.
Desde Salzburgo solo se limitaron al comunicado oficial. No quieren ahondar en detalles, al menos por el momento. El CEO de proyectos corporativos e inversiones de la campañía Red Bull, Oliver Mintzlaff, fue la única voz: “Nos gustaría agradecer a Christian Horner por su excepcional trabajo durante los últimos 20 años”. Las palabras protocolores del jerarca fueron de elogios al “incansable compromiso, experiencia, conocimientos y pensamiento innovador” del caído. “Ha sido fundamental para establecer a Red Bull Racing como uno de los equipos más exitosos y atractivos de la Fórmula Uno”, subrayó.
La crisis interna llevó al equipo austriaco a un escenario desconocido. Por primera vez, desde su irrupción en la Fórmula Uno, sufre el descabezamiento de su liderazgo. Ni siquiera se vivió en Racing Bulls cuando fue relevado Franz Tost en 2023. La salida del entonces jefe de Faenza, a finales de ese año, fue anunciada con ocho meses de antelación. Salzburgo, en aquel momento, planificó una transición ordenada con una conducción de doble comando —entre Tost y el CEO Peter Bayer— hasta que el elegido Mekies —bajo garden leave luego de su salida de Ferrari— pudiera asumir el puesto.

El ascenso de Laurent Mekies también implica movientos en Racing Bulls. Alan Permane, actual director de carrera, reemplazará al ingeniero francés.
La elección como nuevo líder de Red Bull no es al azar. Al frente del equipo hermano, la escudería italiana experimentó una curva ascendente que lo ubica actualmente como el mejor del mediocampo. Incluso, sus monoplazas llegaron a estar por delante de los Red Bull en los entrenamientos de Silverstone.
El nuevo reto no será sencillo. Mekies deberá enderezar la base de operaciones en Milton Keynes, doblegada por la sangría de ingenieros que terminó por debilitar al equipo en lo deportivo. Los últimos 18 meses fue perdiendo a sus mejores valores —entre ellos Adrian Newey y Rob Marshall— y se hundió en una feroz interna que devoró lentamente a Christian Horner.

El británico cierra un ciclo de 20 años donde logró ocho títulos de pilotos y seis de constructores. La estadística se completa con 120 victorias, 279 podios y 103 poles —la última fue con Verstappen el sábado pasado en Silverstone—. Además, media docena de pilotos de la actual parrilla salieron del programa junior de Red Bull: Max Verstappen, Yuki Tsunoda, Isack Hadjar, Liam Lawson, Alex Albon y Carlos Sainz.
Pero los logros quedan en un segundo plano con el último año y medio del equipo. El escándalo con una empleada, la pulseada con Helmut Marko, las filtraciones de Jos Verstappen, los despidos de Sergio Pérez y Daniel Ricciardo, el ascenso y degradación de Lawson, la salida de Newey, la pérdida de personal, la caída deportiva, y un posible portazo de Max Verstappen. Un cóctel explosivo que terminó derrocando a Horner.