Russell ganó en Singapur y McLaren en Constructores

Russell ganó en Singapur y McLaren en Constructores

El británico, que no renovó todavía con Mercedes, dominó de punta a punta. Verstappen terminó segundo manteniendo a raya a Norris. McLaren se consagró campeón de constructores.

 

Es difícil por donde empezar. La regla de oro del periodismo es señalar primero el hecho más importante, en este caso sería el título de constructores que logró McLaren este domingo. Sin embargo, el Gran Premio de Singapur, en las trabadas calles de Marina Bay, entregó un nombre que eclipsó el décimo lauro de la escudería de Woking: George Russell. El británico, que todavía no renovó con Mercedes para el próximo año, empantanado en una áspera negociación con Toto Wolff, se alzó con su segunda victoria de la temporada.

 

La pole del sábado le garantizó un cincuenta porciento de la carrera. La otra mitad de la victoria estaba en asegurar el liderazgo en la primera curva antes que Max Verstappen (Red Bull), y alcanzar la ventana para gestionar la punta. Nada fácil con el holandés compartiendo la primera fila.

 

Russell gana la cuerda mientras Verstappen debe cubrirse de Piastri. (FIA)
Russell gana la cuerda mientras Verstappen debe cubrirse de Piastri. (FIA)

 

La lluvia sorpresiva que cayó dos horas antes de la largada, sembró dudas a los equipos para definir el neumático. El intermedio era una posibilidad, pero no duraría muchas vueltas. Solo aguantarían un par de giros antes de ser consumidas por los sectores secos del trazado de Marina Bay. La decisión final se tomó cuando los coches fueron a la parrilla. Se comprobó que había pocas zonas húmedas, pero insignificantes para correr con neumáticos de suelo mojado.

 

Resuleto el dilema entre secos o de lluvia, restaba por determinar el tipo de configuración. Blandos o medios, el nuevo interrogante. Los medios eran ideal para el grupo de punta para gestionar de 25 a 29 vueltas; los blandos, en cambio, una apuesta para los del fondo que se ilusionaban con un Safety Car que les habilitara una parada gratis.

 

Verstappen sorprendió. Red Bull no siguió el manual de la lógica y salió con blandos. El holandés se puso como objetivo ganarle la primera curva o los metros iniclaes a Russell.

 

En la salida de la curva 3 Norris tocó a Verstappen y Piastri, encerrándolo al australiano. (Athit Perawongetha / REUTERS)
En la salida de la curva 3 Norris tocó a Verstappen y Piastri, encerrándolo al australiano. (Athit Perawongetha / REUTERS)

 

Ambos movieron bien al apargarse el semáforo. El británico ganó la cuerda mientras que Verstappen tuvo que cubrirse de Oscar Piastri (McLaren) que buscó la línea externa. El otro papaya, el de Lando Norris, desde la quinta posición, dejó atrás a Kimi Antonelli (Mercedes) y fue por ambos. Norris se metió entre los dos antes de la curva 3 y tocó al Red Bull, cuando intentó corregir la trayectoria encerró a Piastri y ambos se rozaron. La barrida casi lleva al australiano contra el muro, despertando el enojo del líder del campeonato.

 

La polémica estalló, por enésima vez, en el box de McLaren. Mientras la televisión enfocaba el endplate torcido del ala delantera de Norris -producto del toque con Verstappen-, se reproducían en la transmisión oficial las quejas de Piastri por la maniobra. Los comisarios descartaron abrir una investigación, mientras que el equipo buscó apagar el fuego prometiéndole una investigación interna para determinar si Norris quebró la regla número 1 de las infames «Papaya Rules»: no chocar a tu compañero.

 

Con McLaren enredado en su propia comedia, Russell y Verstappen construían la ventana para asegurarse el podio. El trazado de Marinan Bay, donde el DRS tiene cero efectividad por las dificultades de rebase, permitieron a un Mercedes y un Red Bull tener sumisos a los papaya.

 

Russell siempre mantuvo la punta y controló la diferencia con Verstappen. (Steven Tee)
Russell siempre mantuvo la punta y controló la diferencia con Verstappen. (Steven Tee)

Singapur es una carrera donde no solo hace inútil al DRS, también atomiza las estrategias de boxes. Solo hay tres formas de escalar posiciones: el error ajeno, una falla mecánica del rival o un Safety Car salvador. Ninguna opción cayó para los perseguidores de Russell y Verstappen.

 

Ni siquiera los problemas con los frenos traseros y las marchas bajas del Red Bull abrieron una esperanza para Norris. El británico necesitaba superarlo para alcanzar la segunda posición y recortar más puntos a Piastri en la lucha por el campeonato. Pero Verstappen, que logra sacar agua de las piedras, hizo del maltrecho RB21 un muro rodante. Nunca pudo doblegarlo. Ni siquiera cuando se puso a medio segundo, luego de aprovechar un recto de Verstappen —en la vuelta 37— que le hizo pereder más de dos segundos de los cuatro de diferencia que mantenía.

 

Russell festeja su segunda victoria de la temporada. (Athit Perawongetha / REUTERS)
Russell festeja su segunda victoria de la temporada. (Athit Perawongetha / REUTERS)

 

La reducción anticipada de la brecha, que debía producirse en las últimas vueltas, hizo atractivo las 25 restantes de una carrera que fue monótona y aburrida. Verstappen se defendió de los ataques de Norris aprovechando las dificultades de rebase y utilizando a su favor a los rezagados que aparecían en su camino.

 

La impotencia de Norris por no superarlo era el fiel reflejo de las desprolijidades de McLaren con sus pilotos. Mientras Lando era domolido psicológicamente por Max; Piastri quedaba estancado en la cuarta posición. El líder del campeonato no podía seguir el ritmo de su compañero —posiblemente el auto quedó sentido del golpe en la primera vuelta— y un error de los mecánicos en el pit stop lo demoró cinco segundos. Andrea Stella y Zak Brown presumen de ser los jefes del bicampeón de constructores y tener el coche más rápido; pero hacen agua en la contención de sus pilotos y exhiben un desorden interno creado por las «Papaya Rules». El equipo McLaren no sabe —o no puede— dar soluciones a Norris y Piastri durante la carrera cuando más lo precisan; y son los que se están disputando el título.

 

Neutralizados Max Verstappen y los papaya, George Russell se aseguró el segundo éxito de la temporada. Una victoria que cae en el momento que más lo necesitaba. Las negociaciones para renovar con Mercedes se encuentran en un limbo. El piloto quiere un contrato multianual. En cambio, según trascendidos, Toto Wolff ofrece un año con una extensión automática por rendimiento —Acuerdo 1+1 en la jerga de la Fórmula Uno—. Ahora tiene dos victorias sobre la mesa para torcerle el brazo. En la semana, Toto metió presión al anticipar que Kimi Antonelli continuaría. Pero este domingo, Russell, subió la vara de la negociación con resultados; el talón de Aquiles de Antonelli.

 

Clasificación final del GP de Singapur. (FIA)
Clasificación final del GP de Singapur. (FIA)