Guenther Steiner casi no lo creyó cuando vio a Romain Grosjean y Kevin Magnussen pegándose en el GP de Gran Bretaña. Fue la última gota para el jefe del equipo, que promete encontrar una manera de hacer que los conductores trabajen juntos.
Guenther Steiner casi no lo creyó cuando vio a Romain Grosjean y Kevin Magnussen pegándose en el GP de Gran Bretaña. Fue la última gota para el jefe del equipo, que promete encontrar una manera de hacer que los conductores trabajen juntos.