El intento de socorro de Comas a Ayrton Senna, en primera persona

El intento de socorro de Comas a Ayrton Senna, en primera persona

A 28 años de aquel fatídico 1° de Mayo de 1994, en el que Senna perdería la vida, recordamos un pequeño y olvidado detalle; el intento frustrado de Érik Comas de rescatar a su héroe, explicado por él mismo.

 

 

Se cumplen hoy, 1° de Mayo, 28 años de una de las fechas más oscuras en la historia del automovilismo mundial. En 1994, el astro brasileño Ayrton Senna, sufría un accidente en la vuelta 7 del Gran Premio de San Marino, en Imola, donde justamente hace una semana se disputó la 4° fecha del mundial 2022.

El Williams del tricampeón de la F1 se iría recto contra el muro de Tamburello, quitándole la vida instantáneamente al piloto. Sin embargo y pese a las banderas rojas, el piloto francés Erik Comas, de Larrousse, se acercaría a la escena del accidente para salvar a Senna. Para entender este gesto, hay que remontarse varios años atrás.

Comas debutó en F1 en la temporada 1991 con Ligier, tras cosechar un campeonato en la Fórmula 3000 un año atrás. No pudo puntuar en toda la temporada, con un 8° puesto como mejor resultado en Canadá, donde Nelson Piquet obtendría su última victoria. Continuó con el equipo para 1992, donde encontró un mejor ritmo y puntuó en Canadá, Francia y Alemania, en un espacio de 4 careras. Sin embargo, en Bélgica, su vida daría un giro dramático.

En la clasificación, Érik sufrió un accidente a altísima velocidad en la curva Blanchimont, un giro rápido de izquierdas sobre el final de la vuelta. El francés quedó inconsciente, con su motor encendido y el acelerador al máximo, en medio de la pista. La nube de polvo que dejó el Ligier impedía una buena visibilidad, y tan pronto como lo vio, Senna se bajó de su coche para socorrerlo. Apagó el motor para evitar un posible incendio y sostuvo su cabeza recta, aparte de impedir a los comisarios extraer su casco hasta que llegara un médico. El francés luego fue atendido y, si bien no tuvo heridas serias, se le recomendó no correr el GP al día siguiente.

 

 

Érik Comas 1992//Ercole Colombo
Comas en 1992, año en el que le dio a Ligier sus primeros puntos desde Francia 1989. Foto: Ercole Colombo

 

 

 

Volviendo a 1994, donde Comas comenzaba su segunda temporada con Larrousse, Michael Schumacher dominaba el mundial tras ganar en Interlagos y Aida (Japón), y la categoría visitaba Imola. Senna llegaba al Autódromo Enzo e Dino Ferrari con dos abandonos consecutivos y una gran presión por recortar las distancias con el alemán de Benetton.

Fue entonces cuando, liderando, tuvo el mencionado accidente. Toda la parrilla pasó por la escena del impacto en aquella vuelta 7. Luego de imponerse la bandera roja en pista, y ya con el helicóptero en la recta que conecta Tamburello con Villeneuve, los televidentes que seguían la dramática transimisión pudieron oír el rugido de un motor V8, sin que se supiera a quién correspondía. Instantes después apareció en pantalla, llegando a toda velocidad, el Larrousse de Comas, quien se había acercado al lugar del accidente para devolverle el favor a su, en sus palabras, héroe, a quien le había salvado la vida en 1992.

Los comisarios ni siquiera lo dejaron bajarse del auto. Cuando la carrera se reanudó, Comas decidió abandonar, y se retiró de la F1 al final de ese año, con mucho pesar por la pérdida de Senna. De hecho, en el último GP, en Adelaida [donde se daría la polémica definición del campeonato entre Schumacher y Damon Hill (Williams)], Érik fue reemplazado por Jean-Denis Delétraz, (padre de Louis Delétraz), piloto suizo que podía traer más dinero al padeciente Larrousse.

 

 

 

 

Me quedé paralizado, porque estaba ahí, al lado del hombre que me había salvado la vida dos años antes, y no poder hacer nada por él era algo que me hacía sentir terriblemente mal. Él me salvó la vida, pero yo llegué demasiado tarde. Me siento avergonzado y con cierta culpa por no haber retribuido lo que él hizo. Es difícil aceptar que alguien que salvó tu vida estaba a pocos metros de mí, herido gravemente. Quise dejar el coche e ir allí para ayudar de alguna manera, pero los médicos no me dejaron” dijo Comas años después del accidente.

 

Comas demostró públicamente su respeto a Ayrton, y asegura que le debe su vida al tricampeón mundial. Una gran impotencia lo invadió al no poder ayudarlo en aquella oscura tarde de Imola. Una sensación de impotencia que se suma a la gran cantidad de emociones que se vivieron, la mayoría de forma trágica, en aquel Gran Premio de San Marino de 1994.