Horner: “Vettel trabajaba duro hasta tarde y tenía un gran sentido del humor”

Horner: “Vettel trabajaba duro hasta tarde y tenía un gran sentido del humor”

Juntos lograron cuatro títulos mundiales y colocaron a Red Bull como equipo de punta. El británico abre el baúl de los recuerdos del paso de Seb por Milton Keynes.

 

“Conseguimos grandes cosas juntos. Después de verlo crecer de un niño a un hombre joven, es un tipo con muchos principios. Tiene creencias muy fuertes”. Christian Horner es uno de los pocos en el paddock que puede hablar con total autoridad sobre Sebastian Vettel. Como señaló al principio lo vio crecer y ahora, desde la acera de enfrente, le toca observar el lento adiós del piloto de Happenheim.

 

Trabajaron juntos seis temporadas y sumaron cuatro títulos mundiales. La sociedad Horner-Vettel y la magia de Adrian Newey formaron una Troika que fue sinónimo de éxito y dominio en la Fórmula Uno del primer lustro de la segunda década del Siglo XXI. El terceto elevó a Red Bull a la condición de equipo de punta. El ingeniero ideaba la máquina imbatible, el jefe armaba la estrategia y el jovencito alemán se las ingeniaba para llegar primero a la meta. Esa era la fórmula que descubrió Milton Keynes para alcanzar el primer triunfo en el Gran Premio de China de 2009. Luego vendrían 37 victorias más, infinidades de podios y cuatro ceremonias de gala de la FIA.

 

Brasil 2013. Vettel y los cuernitos a Horner, una travesura con el jefe. (Emily Davenport)
Brasil 2013. Vettel y los cuernitos a Horner, una travesura con el jefe. (Archivo / Emily Davenport)

 

“Lo hemos visto en las últimas etapas de su carrera, ya que defiende mucho las cosas que le apasionan; y con razón. Su familia es importante para él. Es un hombre muy privado. ¡Estoy tan contento de ver que se ha convertido en un Instagrammer recientemente!”, señaló el Team Manager de Red Bull a la revista británica Autosport en referencia a su reciente ingreso al mundo de las redes sociales -el alemán no poseía cuentas en ninguna de las plataformas-. “Y aunque su carrera en la F1 llega a su fin, tiene muchas cosas que estoy seguro que quiere hacer en su vida. Y estoy seguro que seguirá adelante y hará grandes cosas. Será triste no verlo por aquí. Pero creo que es el momento adecuado para él”, comentó.

 

Cuesta echar la mirada hacía atrás para contemplar, una vez más, aquellos tiempos de gloria y predominio. La época en que Seb era “El Chico Maravilla” y resultaba imposible pronosticar su techo. Rememorar las cuatro temporadas de oro, entre 2010 y 2013, y contrastarlo con la decadencia actual duele. Y más doloroso para quién fuera su protector y consejero: “No es agradable verlo correr por el medio del campo, no se merece estar ahí. Creo que es el momento adecuado para que él diga: ‘Ahora es el momento de que yo pida tiempo en la F1′”.

 

La Troika. Vettel, Newey y Horner, el trío que hizo a Red Bull un equipo de punta. (Dom Romney)
La Troika. Vettel, Newey y Horner, el trío que hizo a Red Bull un equipo de punta. (Archivo / Dom Romney)

 

La nostalgia no se limita a los podios y las galas de diciembre para recibir los trofeos del campeonato de pilotos y constructores. También, es un momento para recordar el clima de trabajo que hubo en Milton Keynes. Horner señaló que lo más destacado de su antiguo pupilo fue que “era un joven muy centrado y su ética de trabajo era totalmente germánica”.

 

“Trabajaba duro, trabajaba hasta tarde y tenía un gran sentido del humor, por lo que se adaptó a un equipo británico y abrazó la cultura de inmediato”, recuerda Horner y agrega que “se hizo querer en todas las áreas del negocio, ya sea que apareciera con chocolates para las secretarias o aprendiera la jerga en el garaje: su dominio del cockney [un acento típico y pintoresco de los londinenses] se volvió legendario”.

 

Primer Título. En la Gala de FIA de 2010 , luego vendrían tres más. (Archivo / FIA)
Primer Título. En la Gala de FIA de 2010 , luego vendrían tres más. (Archivo / FIA)

 

“Fue formidable en los autos que producimos en ese período de tiempo. Fueron días felices en la Fórmula Uno: competidores masivos, grandes equipos a los que nos enfrentamos y algunos éxitos sobresalientes”, suelta un Horner nostálgico. Muchos aficionados piensan igual.