El presidente de Ferrari aprovechó la presentación del F1-75 para enviar un mensaje de optimismo a los Tifosi. Depositó en el esfuerzo de Binotto, Leclerc y Sainz para alcanzar el éxito “y escribir un nuevo capítulo en la F1”.
Apoyado sobre el alerón trasero de color negro -gesto que era habitual en uno de sus antecesores, Luca Di Montezemolo-, John Elkann dirigió un discurso a los aficionados que seguían en todo el mundo la presentación del F1-75. Al presidente de Ferrari se lo vio rígido y acartonado, era claro que estaba leyendo de un teleprónter; representó la formalidad en su máxima expresión. No tenía un tono de voz desafiante con un flujo de palabras en la lengua del Dante que invocara respeto, algo que supo cultivar el mito de mitos: Enzo Ferrari. Sin embargo, los Tifosi, escucharon atentamente las palabras del ejecutivo que tiene sobre sus espaldas el deber y la obligación de conducir a Maranello a la victoria. El jefe da su mensaje Urbe it Orbi.
“Somos -dijo Elkann- el único equipo que ha competido en todas las temporadas de F1, siempre hemos estado a la vanguardia, empujando constantemente para superar los límites desde hace 90 años”.
El directivo describió lo que simboliza el nuevo monaplaza para Maranello. “El F1-75 representa lo mejor del espíritu innovador que tiene el equipo y la búsqueda de actuaciones que pudiéramos concebir para este campeonato”, arengaba mientras rodeaba el vehículo.
El nombre es un homenaje por el 75 aniversario del primer auto de calle que salió de la fábrica. Pero no solo se trata de un recuerdo por el 125 S de 1947, también es una evocación del paso más importante en la historia del Cavallino: la expansión de la marca más allá de las pistas. La gloria deportiva y la excelencia automotriz se fusionaban para agigantar la leyenda.
“Llevaremos -explicó Elkann- el logo de los 75 años en nuestro auto, será una responsabilidad llevar este vehículo a la pista con todas las expectativas que tienen nuestros fans alrededor del mundo”. Y como si fuera un mandato divino, remarcó quiénes tendrán la responsabilidad de conducir el F1-75 a la victoria: “Todo está en manos de Mattia (Binotto), Charles (Leclerc) y Carlos (Sainz); y también de todo el equipo Scuderia Ferrari. Su esfuerzo determinará nuestro éxito para escribir un nuevo capítulo en la F1, honrando el espíritu de competencia que nuestro fundador siempre ha representado”. Esa presión encubierta era algo que hubiera hecho Don Enzo.
Elkann miró fijo a la cámara. Apenas moviendo los brazos y con voz firme se dirigió a los Tifosi como el Papa se dirige a los fieles en la Piazza San Pietro: “Vuestra pasión y vuestro compromiso son el motor y el combustible de nuestras actuaciones. Esperamos volver con fuerza y devolverles todo lo que nos dan. ¡Grazie e Forza Ferrari!”.
Solo le faltó cerrar como Francisco pidiendo que oren por él y el viejo Cavallino. Por algo Ferrari es Il Mito.