El padre del tetracampeón mundial concedió una entrevista en retrospectiva y a corazón abierto en donde explicó sus sensaciones tras el alejamiento de su hijo.

 

La postura que toman las personas frente a las mieles del éxito las definen de manera inequívoca. El gran Juan Manuel Fangio, quíntuple campeón mundial de la F1, récord que perduró durante cinco décadas hasta el advenimiento del gran Michael Schumacher, solía decir que siempre se debía “trabajar para ser el mejor sin creerse el mejor”, una frase del Chueco que, no solo es aplicable al mundo del automovilismo o del deporte en general, sino también a la vida cotidiana de cualquier persona.

 

Norbert Vettel, personaje querible como pocos dentro del paddock de la F1, ha sido parte de la gloria conseguida por su hijo, sin embargo, los cuatro títulos logrados por Sebastian entre 2010 y 2013 nunca cambiaron su modo humilde de manejarse dentro del ambiente, siempre medido en sus apreciaciones, esquivando micrófonos y cámaras y prefiriendo estar más entre los mecánicos que ante los flashes.

 

En una entrevista realizada recientemente por Lawrence Barretto, corresponsal del sitio web oficial de la F1, Norbert compartió algunas anécdotas y conceptos que explican cómo fue el recorrido que catapultó a Sebastian a la cima del deporte motor, un camino que se inicia con sus primeros aprendizajes en el karting:

 

“Sebastian era pequeño aún, así que al principio tuve qué añadir algo de material a los pedales para que pudiera alcanzar el acelerador y el freno. También tuvimos que rellenar el asiento porque era demasiado grande. Marcamos una pista con una curva cerrada en una calle cerca de donde yo trabajaba. Me paré al costado de esa improvisada pista, antes de la horquilla, para marcar dónde Sebastian necesitaba frenar. Eso fue lo primero que aprendió: puntos de frenado”.

 

 

 

 

Norbert, quien alguna vez supo contar que la pasión de Sebastian Vettel por el automovilismo nació luego de recibir como regalo navideño un camión eléctrico cuyo sistema mecánico y velocidad llamó la poderosamente atención de su pequeño hijo, se refirió luego a la indiscutible habilidad demostrada por parte del cuatro veces campeón mundial a conducir en piso húmedo:

 

“A Sebastian le encantaba conducir en mojado. Una vez, durante una jornada lluviosa, le pedí que entrara a almorzar y que dejara que su hermana condujera el kart mientras él comía, pero dijo: ‘No, me quedaré aquí’. No quiso bajarse del kart, solo quería seguir intentándolo, seguir aprendiendo. Estaba fascinado”, comentó.

 

 

 

 

El futuro laboral de Sebastian es incierto, si bien el ex piloto de BMW, Toro Rosso, Red Bull, Ferrari y Aston Martin ha declarado que ahora prefiere dedicar más tiempo a su familia aún no se sabe a ciencia cierta si el teutón seguirá ligado desde otro rol al automovilismo, lo verdaderamente real es que deja un legado de esfuerzo y dedicación dentro de ‘la máxima’, además de otras enseñanzas como embanderarse en favor de causas como la defensa del medio ambiente, demostrando valores que van más allá de la cuestión deportiva, algo que a Norbert lo llena de satisfacción:

 

“Estoy muy orgulloso de su carrera como piloto y creo que Sebastian extrañarà la F1. Eso es lo que pienso, lo que piensa Seb no lo sé. Cuando has estado en esta rueda de hámster durante tantos años, compitiendo desde que tenía ocho años, es difícil saber cómo se sentirá ahora que está fuera de la rueda. No sé qué hará el próximo año. Yo tampoco sé lo que haré, solo le digo a Seb: gracias por todo este tiempo, he sido feliz”, concluyó.