El británico creía que con el cambio de estrategia llegaría hasta el segundo lugar. “Me esforcé al máximo”, comentó luego de la carrera.

 

Lando Norris ganó el Gran Premio de Hungría con una arriesgada estrategia de una sola detención. El británico rodó las últimas 40 vueltas con neumáticos duros. Además, tuvo que resistir la presión de su compañero Oscar Piastri que tenía cuebiertas más jóvenes.

 

La lucha en las últimas cinco vueltas con el líder del campeonato fue desgastante. “Estoy muerto, estoy muerto”, dijo en parque cerrado al ser consultado por F1TV. La sonrisa esbozada por Norris no ocultaba el agotamiento físico que le demandó una segunda mitad de carrera con un cambio de planes sobre la estrategia original.

 

 

“Al principio no teníamos pensado hacer una sola parada, pero después de la primera vuelta era prácticamente nuestra única opción para retomar el ritmo. Fue duro”, explicó extenuado.

 

“En la última etapa de captura de Oscar, me esforcé al máximo. ¡Me he quedado un poco sin voz! Pero bien, y por eso es aún más gratificante: el resultado de hoy es perfecto”, agregó.

 

Norris tenía que revertir una mala salida que lo llevó de tercero a quinto. Intentó sorprender a Piastri por el interno de la primera curva, George Russell (Mercedes) aprovechó que decuidó el exterior para superarlo, mientras que Fernando Alonso (Aston Martin) también lo rebasó.

 

 

Los estrategas del británico reformularon la estrategia y se jugaron a una parada –en vez de las dos que haría el lote de punta–. “No pensé que probablemente nos daría la victoria; pensé que tal vez nos llevaría al menos al segundo lugar”. Sin embargo, «el ritmo era fuerte, así que sabía que si tenía aire limpio y podía empujar, quizá podría hacer que las cosas funcionaran. Eso fue lo que hicimos».

 

“Siempre es un poco arriesgado este tipo de cosas, pero también requiere no cometer errores, dar buenas vueltas, una buena estrategia, todo eso. Eso es lo que hicimos hoy, así que estoy muy contento“, concluyó el ganador.