Revelan que Max Mosley se suicidó

Revelan que Max Mosley se suicidó

El Tribunal Forense de Westminster concluyó que el ex presidente de la FIA se suicidó de un disparo en la cabeza, reveló un periódico británico. Una enfermedad terminal lo empujó al fatal desenlace.

 

“No entrar. Llamen a la policía”. Su asistente personal, Henry Alexander, se topó con una nota pegada en la puerta de la alcoba. No dudó, sabía con lo que se encontraría del otro lado. Max Mosley le había anticipado, el día anterior, que se suicidaría. La pelea contra el cáncer estaba perdida y los médicos le informaron que le quedaba semanas de vida. Los dolores crónicos de intestino y vejiga, que apenas eran calmados con un tratamiento paliativo, se volvieron insoportables y no esperaría el final del ciclo biológico; lo adelantaría empuñando un arma.

 

La historia del dramático final de quien fuera, entre 1993 y 2009, presidente de la FIA causó conmoción en el Reino Unido. El períodico Daily Mail, a partir de una investigación del Tribunal Forense de Westminster, reveló detalles -hasta ahora desconocidos- sobre las horas finales de Mosley.

 

Mosley junto a Flavio Briatore, Bernie Ecclestone y el astro brasileño Ronaldo en Mónaco 2003. (AFP / Daily Mail)
Mónaco 2003. Mosley junto a Flavio Briatore, Bernie Ecclestone y el astro brasileño Ronaldo. (AFP / Daily Mail)

 

El 24 de mayo de 2021 se conoció la noticia de su fallecimiento a los 81 años. Según las crónicas del momento, su deceso se produjo en su residencia particular de Chelsea (en el centro de Londres). Ni la familia ni sus más estrechos colaboradores brindaron detalles sobre las causas de la muerte. El correr del tiempo hizo olvidar cualquier interrogante sobre “el por qué” hasta que lo hizo público la prensa británica.

 

La enfermedad, detectada en 2019, era un linfoma difuso de células B grandes -un cáncer que afecta a las células inmunitarias-. “Durante los siguientes nueve meses, probó una variedad de diferentes opciones de tratamiento, algunas de las cuales fueron recetadas por mí, y llevadas a cabo por el Sr. Mosley en contra de mi consejo”, declaró ante el trtibunal el doctor Christopher McNamara (el primer hematólogo que lo atendió).

 

El especialista testificó que, tras varios meses, “se llegó a un punto a principios de abril [de 2021] en el que se pasó de tratar agresivamente a controlar la enfermedad y la calidad de vida”.

 

Un joven Max Mosley en su época de piloto de carreras en los años '60. (Getty Images / Daily Mail)
Un joven Max Mosley en su época de piloto de carreras en los años ’60. (Getty Images / Daily Mail)

 

Una vez notificado que el mal era incurable, comenzaron a correr los últimos días de Mosley. Comentó a su círculo más intimo su intención de suicidarse cansado de padecer el sufrimiento que generaba la enfermedad. Su esposa, su asistente personal y su ama de llaves intentaron disuadirlo. Pero Mosley estaba decidido.

 

En la tarde del 23 de mayo mantuvo su último encuentro con Alexander. Mosley le agradeció a su asistente por sus años de servicio -19 en total- y le anticipó que había tomado la decisión de quitarse la vida -lo mismo le había comentado por la mañana a su ama de llaves-. “Dijo que ya había tenido suficiente, que tenía intenciones de suicidarse. Le supliqué que reconsiderara y le dije: ‘por favor, debe haber otra manera’. De nada sirvió las súplicas de su colaborador.

 

1960. Mosley junto a su esposa Jane en el registro civil de Chelsea el día de su casamiento. Fue la última persona con la que mantuvo contacto. (PA / Daily Mail)
1960. Mosley junto a su esposa Jane en el registro civil de Chelsea el día de su casamiento. Fue la última persona con la que mantuvo contacto. (PA / Daily Mail)

 

Por la noche fue a cenar a la casa de su esposa Jane -vivían en casas separadas a pocos metros de distancia- y al regreso le envió un mensaje avisando que ya estaba en su domicilio. Sería la última vez que se tendría noticias de él.

 

Al día siguiente, la policía ingresó a su alcoba y hallaron el cuerpo de Max Mosley con una herida de escopeta en la cabeza. A su lado había una nota. Era una esquela de apenas cuatro palabras que resumía el fatal desenlace: “No tuve otra opción”.