El australiano comentó como la madurez aplacó su obsesión por ser campeón mundial. Ricciardo quiere disfrutar del deporte sin que lo atormente una corona que le es esquiva.
En menos de un mes, Daniel Ricciardo, vivió en los dos extremos de la competencia. Ganador en Monza y eliminado en la Q1 de Estambul. Dos caras de la moneda para un piloto que no deja un solo día sin pensar en un campeonato. ¿Es obsesión o solo una faceta propia de los deportistas habituados al triunfo?
En declaraciones al poadcast Beyond the Grid, el australiano se confesó. Siente que merece tener un título en su palmar pero factores propios y ajenos lo separan de la corona.
“Hubo un momento en el que estaba un poco amargado, como, ‘Debería haber tenido un título a estas alturas, esto apesta, por qué no lo hago, en el lugar equivocado, en el momento equivocado’, o esto o aquello”, dijo Riccirado. Asegura que esa obsesión se fue apagando con en el tiempo: “Pero tal vez ese sea el crecimiento en mí o la madurez donde ya no pienso eso”.
“Sigo aquí porque creo que puedo ganar un título y quiero ganar un título”, sostuvo con firmeza. Inmediatamente retornó a la mesura y reflexión para calmar la ansiedad: “Pero estoy en paz con lo que suceda, siempre que salga y lo deje todo en la pista, me sentiré satisfecho”.
Tras su paso por Renault, el australiano busca que su etapa en McLaren sea más productiva. El triunfo sorpresivo en Monza, al fin de cuentas, es una victoria y es lo que importa para la foja de servicios. También sirvió para demostrar, puertas adentro, el valor de la experiencia en la interna con Lando Norris. Si bien no existen conflictos con su compañero, al menos públicamente, el equipo no dejó de exhibir ciertas preferencias sobre el británico en desmedro de Ricciardo.
El australiano quiere que la estadía en McLaren no quede opacada como otro intento fallido por la corona. Anhela que los tres años de vínculo con Woking sean muy productivos (con o sin campeonato). “Digamos que estoy en McLaren durante cinco años, y no obtenemos un título, no quiero mirar atrás a los cinco años como un fracaso”, comentó. Y agrega: “quiero disfrutar de mi tiempo aquí en el deporte”.
“El objetivo es ser campeón del mundo, y creo que por eso me despierto cada mañana con las ganas de hacer esto. Pero no quiero que eso dicte toda mi felicidad”, manifestó.
Y vuelve con los pies sobre la tierra, aceptando que no siempre la lógica es habitual en la Fórmula Uno: “He estado haciendo esto durante 10 años. Todavía no soy campeón del mundo, así que no hay garantía de que suceda”.