El asturiano fue el gran protagonista del primer triunfo de Ocon y Alpine. Alonso contuvo durante varias vueltas, con inteligencia y maestría, a un Hamilton que no podía superarlo pese a la superioridad del Mercedes.

 

 

 

Marcin Budkowski, director deportivo de Alpine, anunció la última semana que Enstone finalizaba, en el receso de verano, el desarrollo del A521 para enfocarse en el coche de 2022. Eso sí, anticipó que el final del ciclo no sería de manera silenciosa: “Antes de que podamos relajarnos, apuntamos a otra buena actuación y un doble punto final en Hungría”. Y el “Doble Punto Final” se transformó en un broche de oro para la marca francesa con la victoria de Esteban Ocon y la clase magistral de Fernando Alonso tapándole el avance a Lewis Hamilton.

 

Alonso, quién cumplió 40 años el jueves pasado, se llevó el aplauso de toda la afición. No se puede analizar la victoria de Ocon sin detenerse en el trabajo de Nano impidiéndole a Hamilton, durante 10 vueltas, que le arrebatara el cuarto lugar.

 

Fue una resistencia titánica con un auto inferior al poderío del Mercedes y la agresividad del británico. Solo la experiencia, muñeca y tozudez del asturiano podía contener a un Hamilton que estaba desesperado por rebasarlo y buscar la victoria. Cada ataque infructuoso era un segundo perdido para el siete veces campeón y un respiro para Ocon y Alpine. Nano aseguraba la gloria para Enstone.

 

 

 

 

Finalmente tuvo que ceder ante el avance de Hamilton. Fue más por adrenalina que por superioridad de potencia. Se pasó en la frenado de la curva 1 y el británico pudo colar el Mercedes por adentro. Con la cuerda asegurada, el británico sacó una rápida ventaja. Sin embargo, de no haber ocurrido ese desfasaje, daba la sensación que Nano podía ofrecer una o dos vueltas más de resistencia.

 

Más allá de perder la posición, Alonso cumplió exitosamente varias misiones en una sola: ayudó a Ocon impidiendo el avance de Hamilton, le aseguró la victoria al equipo y le regaló a los aficionados el más puro automovilismo de la vieja escuela.

 

Muchos recordaron el Gran Premio de San Marino de 2005. Esa vez, en el estrecho Imola, le puso los pelos de punta a Michael Schumacher. El entonces siete veces campeón (defendía la corona esa temporada) no podía superarlo con una Ferrari ampliamente superior al Renault del asturiano.

 

 

“¿Similares? No. Porque Schumacher iba tres o cuatro décimas más rápido en aquel momento. Hamilton hoy tenía un segundo y medio de coche y un segundo más o menos de ruedas, es decir, dos segundos y medio de ventaja”, comparó Alonso en declaraciones post carrera al canal español DAZN.

 

 

 

El dos veces campeón detalló que Hamilton “cometía siempre los mismos errores en las últimas tres curvas” por lo que no conseguía superarlo. “Iba un poco esperando cuándo haría la última curva normal y adelantarme a las primeras de cambio, que es lo que hizo con Carlos, hizo la última curva normal y le duró una vuelta, que es lo que le tenía que haber durado yo”, comentó.

 

“Sabía que no lo iba a poder mantener detrás. Al mismo tiempo, cada vuelta que pasaba detrás era oro de cara a la victoria porque si no hubiese llegado a la cabeza de carrera”, remarcó un Alonso satisfecho por su tarea para la victoria de Ocon y el equipo.

 

 

Sobre el triunfo de su compañero y el trabajo del equipo, el asturiano lo resumió: “Es la primera victoria de muchas. Para Esteban es la primera y jamás la va a olvidar, que lo disfrute hoy, que viva cada segundo porque lo va a recordar para siempre”.