Hamilton apostó y perdió

Hamilton apostó y perdió

Lewis Hamilton creía que podía aguantar toda la carrera sin hacer cambio de neumáticos y no ocultó su fastidio con el box. El equipo actuó correctamente y lo protegió de no terminar con las manos vacías por un imprevisto a causa de las desgastadas intermedias.

 

Las cámaras de DAZN captaron una imagen que lo dice todo. Camino a boxes, Lewis Hamilton, acompañado de su asistente personal, se detiene delante de una pila de neumáticos. No era cualquier juego, eran las cuatro cubiertas que cambió, casi a regañadientes, luego de 50 giros de uso. Observó cada uno de los cuatro desgastados neumáticos intermedios (totalmente lisos), hizo un gesto de desaprobación y se marchó al box. La imagen era evidente: aún estaba disconforme con la decisión del equipo de hacerlo entrar, casi a la fuerza, para el recambio.

 

Solo tres pilotos decidieron no ingresar para cambiar neumáticos y jugarse de lleno a terminar la carrera sin detenerse: Charles Leclerc, Lewis Hamilton y Esteban Ocon. El monegasco abrió esa posibilidad al consultar al box si el reglamento obligaba la realización de la parada. Ferrari contestó que no y este decidió, de común acuerdo, continuar hasta el final. Hamilton también se inclinó por esta posibilidad. Como en una partida de póquer, el británico apostó fuerte; la baraja le jugaría en contra.

 

Los neumáticos de Leclerc soportaron 47 vueltas. Las alarmas sonaron en Mercedes. La única referencia en pista mostró el límite (Ocon no era tomado en cuenta porque estaba en otro ritmo). Comenzaba dos giros y medio de conversaciones entre el pit wall y Hamilton para que ingrese. Los ingenieros intentaban convencerlo, el británico no quería.

 

Con el temor que los gastados neumáticos explotaran como el año pasado en Silverstone y el retraso que comenzaba a delatar los cronómetros; finalmente, el equipo logró que ingresara en la vuelta 50. Sin embargo, hasta el final, Hamilton no dejaría de mostrar su fastidio por la decisión. Con los resultados a la vista, la terquedad le costó muy caro.

 

Hamilton luego de observar sus neumáticos. Las intermedias prácticamente lisas y sin goma. (Fotos: Albert Fabrega / @AlbertFabrega)

 

“Cuando hice la parada, no sabía que iba a perder dos posiciones. Pero debería haberlo adivinado porque los muchachos estaban solo 15 segundos detrás de mí y la parada dura alrededor de 24 segundos. Así que estaba claro que como resultado perdería posiciones”, se despachó el británico ante los micrófonos de Sky Sports.

 

Hamilton sostuvo que fue un error la detención a pesar de las claras evidencias, aportadas por las imágenes post carrera, donde se podía apreciar la falta de goma en los neumáticos derechos. En pocas palabras, estaba girando sobre la tela del neumático. “Por supuesto que no sabes hasta dónde llegarás, y ciertamente había preocupación por la vida útil de las gomas. Pero al final tampoco fui muy rápido porque no tenía agarre. En retrospectiva, debería haberlo hecho sin la parada por completo o haber cambiado mucho antes”, insistía.

 

No se ahorró en criticas. Sin entrar un segundo en razón, se atrevió a dar una lección de cómo proceder en la estrategia de los neumáticos: “Si cambias ocho vueltas antes del final de la carrera, no tienes tiempo para pasar la fase en la que los intermedios se pueden secar en una pista de secado. Resbalé mucho y casi pierdo más posiciones. Eso fue un poco frustrante, pero es lo que es. El resultado no fue tan bueno como se esperaba, pero podría haber terminado mucho peor”.

 

Hamilton creía que su plan era el correcto. Y no es la primera vez que desafía al equipo cuando, imprevistamente, se complica el plan de carrera (en Sochi objetó la orden de ingresar cuando se desataba la lluvia). El actual campeón fue victima, una vez más, de su terquedad. Apostó muy fuerte en una mano pero la casa tenía las cartas ganadoras. Hamilton se retiró de la mesa de póquer del Istanbul Park como el gran derrotado.