La cláusula gatillo de Verstappen

La cláusula gatillo de Verstappen

Christian Horner reconoció que el neerlandés tiene una cláusula de rendimiento que podría poner fin al vínculo entre el neerlandés y Red Bull. El motor es la clave para conformar a Max y retenerlo, al menos, hasta 2023.

 

 

 

¿Es posible que Max Verstappen sea el reemplazo de Lewis Hamilton en Mercedes si el heptacampeón decide no continuar en 2022? Es una de las posibilidades (por no decir la más segura de las posibilidades). En Red Bull, tanto Christian Horner como Helmut Marko, son conscientes de ese escenario.

 

En una mesa redonda con medios de comunicación seleccionados por la escudería austriaca, el Team Manager de Red Bull reconoció que el neerlandés tiene una cláusula gatillo para poner fin a su vinculo. “Todos los conductores tienen salvaguardas dentro del rendimiento, y la realidad es que siempre ha habido”, expresó Horner de manera diplomática.

 

 

 

 

Marko_Max_Horner

 

 

El contrato de Verstappen finaliza en 2023 y, desde su irrupción en los primeros planos de la Fórmula Uno, siempre se especuló de la existencia de una cláusula de rescisión con Milton Kaynes ante una propuesta superadora de otro equipo. La palabra clave de un hipotético final anticipado, reconocido por el propio Horner, es “rendimiento”.

 

 

Todos los conductores tienen salvaguardas dentro del rendimiento. Y la realidad es que siempre ha habido“, reconoció el británico. La enorme superioridad de Mercedes sobre Red Bull en 2020 fue el disparador de varios rumores sobre el malestar de Max por el desempeño del coche durante la temporada pasada.

 

 

 

Max Verstappen- Foto Red Bull
Max Verstappen- Foto Red Bull

 

 

 

Horner reconoció ante la prensa que hay un “elemento de desempeño” que está vinculado al contrato. Aunque no ahondó en detalles, todo apunta a la planta impulsora. La unión de Red Bull con Honda no dio los frutos esperados y fue uno de los motivos para que la casa japonesa anunciara sorpresivamente, a mitad de la temporada pasada, su retiro de la Fórmula Uno al final de este año.

 

Se podría decir que la decisión de Red Bull de crear un departamento propio para continuar el desarrollo del motor japonés (luego de un acuerdo con el motorista y la aprobación del congelamiento del desarrollo de los impulsores en 2022) tenga su origen en la desesperación para conformar y convencer a Verstappen que Milton Kaynes es su lugar en el mundo. Pero también es una audaz apuesta a futuro para convertirse en un equipo completo: constructor y motorista (en sintonía con sus archirrivales Ferrari y Mercedes).

 

Fuera de las especulaciones, lo concreto es que Horner hará todo lo que esté al alcance del equipo para satisfacer a Max. Se desprende de sus declaraciones:

 

 

“Él ve la inversión que está haciendo Red Bull, mucho con el compromiso reciente en el tren motriz. Él cree en las personas dentro del equipo, que trabajan dentro del equipo”. Y para que no queden dudas, sentenció: “Creo que, en última instancia, dependerá de nosotros entregar un coche competitivo. Eso es lo que él quiere, eso es lo que queremos nosotros. Él necesita eso, nosotros lo necesitamos”.

 

“Estoy seguro que no necesitaremos hacer referencia a ninguna cláusula contractual”, asegura Horner. Pero dejó en el aire una frase que no pasó desapercibido: “En mi experiencia, solo sacas un contrato de un cajón cuando tienes un problema”. En Milton Kaynes cruzan los dedos para que nunca llegue ese día. Al menos hasta 2023.