Lole, más allá de una época

Lole, más allá de una época

Carlos Alberto Reutemann, para algunos el Senador Nacional, para nosotros ese que llevó la bandera argentina a lo más alto del deporte motor mundial. Para algunos el ex Gobernador, para nosotros un mago que en las pistas hacía cosas inexplicables desde sus comienzos en Santa Fe con una Fiat 1.500, hasta en la Fórmula 1 con una Ferrari en Brands Hatch.

 

 

 

 

 

La época de Reutemann me queda lejos en el tiempo, pero fue tan grande su figura para los amantes del automovilismo en Argentina que lo admiro como si lo hubiese vivido. Cuando Lole ganaba en el 78, 80 y 81, con los colores de su incomparable país en el casco, los argentinos no tenían muchas excusas para estar feliz o festejar algo, en algunos de los años más duros del país. La tristeza invadía las calles, pero la gente escuchaba en la radio, o aquel afortunado que podía observar las carreras por TV, ganar a un argentino en la F1 con los relatos de Héctor Acosta, Gonzáles Rouco o Legnani en aquellos tiempos, y por fin tenían una razón para celebrar y esperanzarse, ¿por qué no? Si un compatriota triunfaba en el más alto nivel del deporte.

 

 

 

 Carlos Reutemann, Lotus-Ford 79,copyright: HOCH ZWEI / Ronco (Photo by Hoch Zwei/Corbis via Getty Images)

 

 

 

 

 

También lamentablemente existieron esos que poco entendían de esto, pero como opinar es muy fácil cuestionaban a un verdadero ídolo por no consagrarse. ¿Quién puede criticar a un tipo que ganó 12 Grandes Premios, completó 48 podios y permaneció 11 años al máximo nivel que este deporte puede tener?

Hoy me resulta inentendible, porque daría lo que fuera por ver a un argentino ganar un GP de Fórmula 1, y nunca voy a poder encontrarle explicación a esas criticas de una prensa y una hinchada ‘vende humo’.

 

 

“La F1 era un laberinto en el que te metías y encontrabas éxito, fama, dinero, y muerte. Yo entré y entraron otros, algunos están parapléjicos, otros están muertos y otros quedamos con vida. No gane el campeonato pero así es la historia, en la vida conseguí muchísimo y tuve mucha suerte, ganar el campeonato hubiese sido demasiado”.

 

Talentoso, apasionado y humilde. Sobrevivió más de una década en un automovilismo feroz y cruel que se llevó a 17 de sus rivales y amigos. Es triste pensar que nunca se lo pudo reconocer como lo merecía, pero nosotros, desde este lado, nos vamos a encargar de que el Lole nunca sea olvidado, porque amamos esto tanto como el lo hizo hasta el último día.

 

 

Carlos Reutemann, Ferrari 312T2, Grand Prix of the Netherlands, Circuit Park Zandvoort, 28 August 1977. (Photo by Bernard Cahier/Getty Images)

 

 

 

 

“Es habitual que sueñe estar en una grilla de partida de un Gran Premio de Fórmula 1, subido a los autos actuales, tensionado, nervioso por no haberlo probado antes. Algo muy común de los pilotos de carreras, algo que interiormente nunca dejaré de ser”.